Escribir sin drama (pero con método): lo que aprendimos con Silvia Martín (ValienteINSPO) — episodio 64

Si alguna vez te has quedado mirando el cursor parpadeando como si fuera un enemigo íntimo, este post es para ti. En el episodio con Silvia Martín (ValienteINSPO) —mentora de escritores y autora de 125 trucos para escribir tu novela— Blanca y yo nos sentamos a hablar de proceso de escritura, bloqueos creativos, planificación realista y reescritura sin lágrimas. Aquí te dejo el destilado práctico, con mi toque de marketing con alma, para que tu novela pase de idea bonita a manuscrito sólido y publicable.

1) Profesionaliza tu oficio (la inspiración sin técnica se queda corta)

Silvia lo dice claro: no basta con tener una gran idea. Escribir una novela es un oficio con herramientas, decisiones y método. La buena noticia: se aprende.

Qué cambia cuando te lo tomas en serio:

  • Pasas de “escribo cuando me visita la musa” a “tengo una rutina y un mapa”.

  • De “tengo mil ideas” a “sé elegir la que aguanta 300 páginas”.

  • De “me bloqueo” a “sé dónde se rompió la tubería” (y la arreglas).

Vivian-tip: piensa como artesano. Tu novela es un producto creativo. Cuanto antes adoptes mentalidad de proceso, antes empiezas a mejorar en cada iteración.

2) Antes de teclear: valida tu idea (y evita bloqueos a mitad del capítulo 3)

Silvia insiste en lo que casi nadie quiere hacer: evaluar el potencial de la idea antes de escribir.

Preguntas de validación express:

  • ¿Hay conflicto central claro? (Mi personaje quiere X, pero Y se lo impide).

  • ¿La idea crece a novela o es mejor relato?

  • ¿Qué promesa le haces al lector (género, tono, tropo)? ¿La sostienes hasta el final?

Si la idea no está madura, el bloqueo no es falta de talento: es falta de gasolina.

Vivian-tip (práctico y rápido): escribe una sinopsis de 8–10 líneas y una contraportada de 5. Si no salen, la idea aún necesita cocina.

3) Personajes con función (y sin figuración gratuita)

Error típico: plantel infinito que entra, habla y nunca más se supo. Silvia propone clasificar y fusionar.

Checklist de personajes útiles:

  • Protagonista: deseo + obstáculo + evolución.

  • Antagonista/fuerza opuesta: persona, sistema, miedo… pero activa.

  • Secundarios: cada uno sirve a la trama o a la transformación. Si no, se va o se fusiona.

Vivian-tip: pon a cada personaje a prueba con una tarjeta: “Este personaje existe para que…”. Si te sale un “porque me cae bien”, recorta.

4) Elige narrador y punto de vista con intención (no por costumbre)

“El narrador es el verdadero protagonista”, dice Silvia. Primera, tercera, omnisciente, limitada… no elijas por lo que te gusta leer, sino por lo que tu historia pide.

Guía relámpago:

  • 1ª persona: inmersión y voz, pero campo de visión limitado.

  • 3ª limitada: equilibrio entre cercanía y control del suspense.

  • 3ª omni: panorámica… y riesgo de explicar demasiado.

Vivian-tip: escribe una escena clave (giro 1 o clímax) en dos puntos de vista distintos. El que tensa mejor la información, gana.

5) ¿Eres brújula o mapa? Da igual: planifica “lo mínimo que funciona”

Silvia desactiva el mito: planificar no es encadenarse, es definir ingredientes. No necesitas 60 páginas de escaleta; necesitas un esqueleto: conflicto, puntos de giro, clímax y arco del protagonista.

Plantilla “medio mapa” (30 min):

  1. Premisa en 1 frase (X quiere Y pero Z…).

  2. Promesa de género (¿qué espera tu lector?).

  3. Tres hitos: Incidente, Punto de no retorno, Clímax.

  4. Arco: ¿qué cree al inicio y qué aprende al final?

  5. Riesgo: ¿qué pasa si no lo logra?

Vivian-tip: un mapa te ahorra reescrituras carísimas. La creatividad se agradece cuando tiene carriles.

6) El bloqueo no es el enemigo: es un aviso (ajusta el motor)

Silvia propone diagnosticar antes de sufrir:

  • Se te desinfla la trama → Falta conflicto central: rehace la frase “X quiere Y, pero Z”.

  • Te pierdes en subtramas → Revisa premisa y promesa: ¿te fuiste de género/tono?

  • No avanzas de escena → Cambia objetivo de escena o personaje al volante.

Vivian-tip: si no fluye, no fuerces 2.000 palabras grises. Diez líneas buenas con dirección valen más que tres páginas al vacío.

7) Reescritura: el lugar donde se hace la magia (y el diamante)

Silvia la ama (sí, has leído bien). Y con razón: aquí un borrador se convierte en novela.

Método por etapas (sin sufrir):

  1. Reposo: 2–3 semanas sin tocarlo (gracias, Blanca, por recordarlo siempre).

  2. Lectura de personajes: motivaciones, arcos, coherencia de voz.

  3. Lectura de trama: lógica causal, plantings y payoffs, ritmo.

  4. Lectura de estilo: limpieza, redundancias, diálogos con subtexto.

Y feedback externo (mentora o betas): tú estás dentro; necesitas ojos de fuera.

Vivian-tip: imprime el manuscrito y léelo con bolígrafo de color. Cambiar el formato cambia tu cerebro lector.

8) La tijera también cuenta historias (y te salva la novela)

Apego tenemos todos. Pero si una escena no empuja trama ni arco, se va. A veces el problema no es que falten ideas; es que sobran.

Vivian-tip: regla de la maleta. Si para meter una escena sacas ritmo, no viaja. Y no, una frase bonita no justifica 4 páginas flojas.

9) Microtaller práctico (5 ejercicios para hoy)

  1. Pitch en 1 línea: “Mi personaje quiere X, pero Z se lo impide”.

  2. Contraportada en 5: si no engancha, la historia aún no está clara.

  3. Escena espejo: reescribe la misma escena cambiando punto de vista.

  4. Lista de fusiones: ¿qué dos secundarios pueden ser uno?

  5. Mapa mínimo: coloca 3 hitos y un clímax. Listo para escribir.

10) Lo que se te queda si solo recuerdas una cosa

Planificar no mata la creatividad; la libera.
Y reescribir no es castigo, es el taller donde tu historia encuentra su mejor forma.

Si te mueves con esta mentalidad —profesional, curiosa y con cariño por el oficio—, tu próxima versión será la que te haga sentir orgull@.

Bonus “marketing con alma” (porque escribir es el 50% del viaje)

  • Piensa en lector desde el día 1: tu promesa (género/tropos/tono) es parte del posicionamiento.

  • Apunta highlights durante la escritura: luego serán clips, citas y ganchos para tu ficha en Amazon o tu newsletter.

  • Documenta el proceso (foto del cuaderno, mapa de corcho, playlists): te dará contenido auténtico sin inventar nada.

¿Te quedas con ganas de más estructura? El libro de Silvia, 125 trucos para escribir tu novela, es una mina. Y si quieres que esta energía no se evapore, guarda este post, aplica dos ideas hoy y cuéntame en comentarios: ¿qué vas a probar primero: validar la idea, definir el narrador o montar tu “medio mapa”?

 

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