Escritura

Libros de marca personal y profesional: estrategia primero, páginas después, con Raquel Rodrigo — episodio 72

Si estás pensando en escribir un libro de marca personal porque “toca”, frena un segundo. Este post destila lo mejor de mi charla con Raquel Rodrigo (editora y estratega en libros profesionales): aquí no medimos éxito en ventas, sino en objetivos de negocio cumplidos. Traducción: si tu libro no trae clientes alineados, oportunidades, posicionamiento y autoridad es un tocho caro. Pequeño spoiler: la estrategia gana a la inspiración nueve de cada diez veces. Por qué un libro profesional no va “de ti”, sino para tu lector ideal Un libro de marca personal es una herramienta de posicionamiento de autor. Funciona cuando está alineado con tu negocio y responde a una necesidad concreta de tu audiencia. Preguntas sagradas antes de abrir el doc: ¿Qué quiero que este libro haga por mi negocio? (abrir B2B, vender consultoría premium, llenar formaciones, crear demanda para un método…) ¿Qué transformación concreta tendrá mi lector ideal? (de X a Y en Z pasos) ¿Qué acción quiero al final? (descargar workbook, reservar diagnóstico, aplicar a un programa) Si estás virando a un nicho avanzado pero escribes “lo básico”, atraerás al público equivocado. Tu libro puede ser bueno y a la vez un error estratégico. Los 3 imprescindibles de un libro profesional que sí convierte Orientación al lectorEscribe para el nivel de consciencia y lenguaje de esa persona (no para “todo el mundo”). Nada de paja, sí a frameworks, ejemplos y límites claros. Hilo conductorUna promesa → un camino. Sin excursiones ni capítulos “porque me apetecía”. El lector debe sentir progreso. Cierre que mueve a acciónEl “¿y ahora qué?” no puede quedar en el limbo. Entrega un roadmap o un “siguiente paso” obvio y medible. Voz de autor: profesional y auténtica (ni telegrama ni tesis de 1900) No infantilices. Se puede escribir claro sin rebajar el nivel. No te disfraces de catedrático. Escribe como hablas con un cliente cuando estás en tu mejor versión profesional: cercano, preciso, sin muletillas. Objetivo: que quien te lee reconozca tu voz si mañana te escucha en una reunión. El rol del editor especializado (no es “la prima que lee mucho”) Con Raquel lo vimos claro: un editor de marca personal hace tres cosas: Estrategia: valida que el contenido empuje tus objetivos de negocio. Alineación: corrige el rumbo si el manuscrito se desvió a “lo que me apetecía contar”. Apoyo emocional: te sostiene cuando asoma el “¿y si me critican?”. Resultado: un libro que te posiciona, no solo “está bien escrito”. Framework exprés: del post-it al índice en 45 minutos (Guárdalo: vale oro si vas justo de tiempo.) Destino (5’): “Este libro consigue que [público] pase de [punto A] a [punto B] en [plazo/escenario]”. Barreras (10’): lista de 5-7 obstáculos reales de tu cliente. Puentes (10’): un capítulo por barrera con tu método/solución. Pruebas (10’): casos, mini-casos, datos, errores comunes. Acción (10’): recursos, checklist, QR a workbook, llamada a siguiente paso. Estructura tipo (12 capítulos): Situación y promesa2–7. Seis barreras → seis soluciones (tu sistema) Casos prácticos Errores que cuestan dinero Métricas de éxito (cómo medir el ROI del libro) Roadmap 90 días Próximo paso (oferta, agenda, comunidad) “Marketing con alma”: cómo usar el libro sin vender humo Página de venta: promesa en 2 líneas, índice “escaneable”, 3 bullets de valor, 2 testimonios (o beta-readers), sección “para quién/no es para”. Embudo simple: capítulo 1 + workbook → email de bienvenida (tu historia y autoridad) → secuencia de 3 correos de aplicación práctica. Relanzamientos temáticos (trimestrales): caso de éxito nuevo, bonus temporal, webinar corto Q&A. Medir lo que importa: leads cualificados, solicitudes, fee medio, prensa/ponencias. Ventas del libro ≠ éxito (son un by-product). Errores que veo cada semana (y su vacuna) Escribir sin estrategia. Vacuna: define objetivo, lector, acción antes del prólogo. Capítulos Frankenstein. Vacuna: un hilo conductor y una promesa por capítulo. Tono impostado. Vacuna: lee en voz alta; si no suena a ti, no va. Cierre flojo. Vacuna: termina cada capítulo con mini-acción aplicable. Delegar en la editorial “la promo”. Vacuna: plan de visibilidad tuyo (podcasts, LinkedIn, newsletters, eventos). Plantilla de página “Siguiente paso” (copia/pega y adapta) Título: ¿Listo para implementar el método [X] en tu negocio?Sub: Agenda una sesión de diagnóstico de 20’ (sin coste).Contenido: Quién se beneficia (3 bullets) Qué veremos (3 bullets) Qué no es (1 bullet: no venta agresiva)CTA: Botón de calendario + email de soporte. Lecturas recomendadas (de la entrevista) Cómo no escribir una novela — humor y errores a evitar (sí, también aplican a no ficción). El arte de provocar (Elena Guirao) — estrategia y diferenciación con colmillo. La señora Potter no es exactamente Santa Claus (Laura Fernández) — estructura valiente; te estira la cabeza. Un libro de marca personal es una herramienta estratégica, no un tótem. Si define bien a quién ayuda, cómo y para qué, se convierte en tu mejor comercial silencioso. Pregunta para ti: ¿Qué quieres que tu libro haga por tu negocio en los próximos 12 meses: abrir B2B, filtrar clientes, vender tu programa premium o posicionarte para ponencias? Dímelo en comentarios y te propongo en una línea la promesa de tu portada.   Tu plan de lanzamiento en 4 bloques.🧘‍♀️Descarga la guía gratuita y ordénalo todo: qué hacer, en qué orden y con qué herramientas Cada semana, te envío ideas prácticas, herramientas reales (nada de promesas vacías) y una dosis de claridad para que tu libro llegue a quienes realmente quieren leerlo. QUIERO ESTAR DENTRO Loading… Thank you! You have successfully joined our subscriber list.

Libros de marca personal y profesional: estrategia primero, páginas después, con Raquel Rodrigo — episodio 72 Leer más »

Escribir sin drama (pero con método): lo que aprendimos con Silvia Martín (ValienteINSPO) — episodio 64

Si alguna vez te has quedado mirando el cursor parpadeando como si fuera un enemigo íntimo, este post es para ti. En el episodio con Silvia Martín (ValienteINSPO) —mentora de escritores y autora de 125 trucos para escribir tu novela— Blanca y yo nos sentamos a hablar de proceso de escritura, bloqueos creativos, planificación realista y reescritura sin lágrimas. Aquí te dejo el destilado práctico, con mi toque de marketing con alma, para que tu novela pase de idea bonita a manuscrito sólido y publicable. 1) Profesionaliza tu oficio (la inspiración sin técnica se queda corta) Silvia lo dice claro: no basta con tener una gran idea. Escribir una novela es un oficio con herramientas, decisiones y método. La buena noticia: se aprende. Qué cambia cuando te lo tomas en serio: Pasas de “escribo cuando me visita la musa” a “tengo una rutina y un mapa”. De “tengo mil ideas” a “sé elegir la que aguanta 300 páginas”. De “me bloqueo” a “sé dónde se rompió la tubería” (y la arreglas). Vivian-tip: piensa como artesano. Tu novela es un producto creativo. Cuanto antes adoptes mentalidad de proceso, antes empiezas a mejorar en cada iteración. 2) Antes de teclear: valida tu idea (y evita bloqueos a mitad del capítulo 3) Silvia insiste en lo que casi nadie quiere hacer: evaluar el potencial de la idea antes de escribir. Preguntas de validación express: ¿Hay conflicto central claro? (Mi personaje quiere X, pero Y se lo impide). ¿La idea crece a novela o es mejor relato? ¿Qué promesa le haces al lector (género, tono, tropo)? ¿La sostienes hasta el final? Si la idea no está madura, el bloqueo no es falta de talento: es falta de gasolina. Vivian-tip (práctico y rápido): escribe una sinopsis de 8–10 líneas y una contraportada de 5. Si no salen, la idea aún necesita cocina. 3) Personajes con función (y sin figuración gratuita) Error típico: plantel infinito que entra, habla y nunca más se supo. Silvia propone clasificar y fusionar. Checklist de personajes útiles: Protagonista: deseo + obstáculo + evolución. Antagonista/fuerza opuesta: persona, sistema, miedo… pero activa. Secundarios: cada uno sirve a la trama o a la transformación. Si no, se va o se fusiona. Vivian-tip: pon a cada personaje a prueba con una tarjeta: “Este personaje existe para que…”. Si te sale un “porque me cae bien”, recorta. 4) Elige narrador y punto de vista con intención (no por costumbre) “El narrador es el verdadero protagonista”, dice Silvia. Primera, tercera, omnisciente, limitada… no elijas por lo que te gusta leer, sino por lo que tu historia pide. Guía relámpago: 1ª persona: inmersión y voz, pero campo de visión limitado. 3ª limitada: equilibrio entre cercanía y control del suspense. 3ª omni: panorámica… y riesgo de explicar demasiado. Vivian-tip: escribe una escena clave (giro 1 o clímax) en dos puntos de vista distintos. El que tensa mejor la información, gana. 5) ¿Eres brújula o mapa? Da igual: planifica “lo mínimo que funciona” Silvia desactiva el mito: planificar no es encadenarse, es definir ingredientes. No necesitas 60 páginas de escaleta; necesitas un esqueleto: conflicto, puntos de giro, clímax y arco del protagonista. Plantilla “medio mapa” (30 min): Premisa en 1 frase (X quiere Y pero Z…). Promesa de género (¿qué espera tu lector?). Tres hitos: Incidente, Punto de no retorno, Clímax. Arco: ¿qué cree al inicio y qué aprende al final? Riesgo: ¿qué pasa si no lo logra? Vivian-tip: un mapa te ahorra reescrituras carísimas. La creatividad se agradece cuando tiene carriles. 6) El bloqueo no es el enemigo: es un aviso (ajusta el motor) Silvia propone diagnosticar antes de sufrir: Se te desinfla la trama → Falta conflicto central: rehace la frase “X quiere Y, pero Z”. Te pierdes en subtramas → Revisa premisa y promesa: ¿te fuiste de género/tono? No avanzas de escena → Cambia objetivo de escena o personaje al volante. Vivian-tip: si no fluye, no fuerces 2.000 palabras grises. Diez líneas buenas con dirección valen más que tres páginas al vacío. 7) Reescritura: el lugar donde se hace la magia (y el diamante) Silvia la ama (sí, has leído bien). Y con razón: aquí un borrador se convierte en novela. Método por etapas (sin sufrir): Reposo: 2–3 semanas sin tocarlo (gracias, Blanca, por recordarlo siempre). Lectura de personajes: motivaciones, arcos, coherencia de voz. Lectura de trama: lógica causal, plantings y payoffs, ritmo. Lectura de estilo: limpieza, redundancias, diálogos con subtexto. Y feedback externo (mentora o betas): tú estás dentro; necesitas ojos de fuera. Vivian-tip: imprime el manuscrito y léelo con bolígrafo de color. Cambiar el formato cambia tu cerebro lector. 8) La tijera también cuenta historias (y te salva la novela) Apego tenemos todos. Pero si una escena no empuja trama ni arco, se va. A veces el problema no es que falten ideas; es que sobran. Vivian-tip: regla de la maleta. Si para meter una escena sacas ritmo, no viaja. Y no, una frase bonita no justifica 4 páginas flojas. 9) Microtaller práctico (5 ejercicios para hoy) Pitch en 1 línea: “Mi personaje quiere X, pero Z se lo impide”. Contraportada en 5: si no engancha, la historia aún no está clara. Escena espejo: reescribe la misma escena cambiando punto de vista. Lista de fusiones: ¿qué dos secundarios pueden ser uno? Mapa mínimo: coloca 3 hitos y un clímax. Listo para escribir. 10) Lo que se te queda si solo recuerdas una cosa Planificar no mata la creatividad; la libera.Y reescribir no es castigo, es el taller donde tu historia encuentra su mejor forma. Si te mueves con esta mentalidad —profesional, curiosa y con cariño por el oficio—, tu próxima versión sí será la que te haga sentir orgull@. Bonus “marketing con alma” (porque escribir es el 50% del viaje) Piensa en lector desde el día 1: tu promesa (género/tropos/tono) es parte del posicionamiento. Apunta highlights durante la escritura: luego serán clips, citas y ganchos para tu ficha en Amazon o tu newsletter. Documenta el proceso (foto del cuaderno, mapa de corcho, playlists): te

Escribir sin drama (pero con método): lo que aprendimos con Silvia Martín (ValienteINSPO) — episodio 64 Leer más »

Carrito de compra
Scroll al inicio